La extensión que abarca la provincia de Lugo alberga grandes fincas que os proporcionarán el escenario perfecto para esa boda con la que tanto tiempo lleváis soñando. La variedad de su paisaje es uno de sus grandes reclamos, y es que esconde grandes parajes naturales de belleza envidiable que sumen en un ambiente de magia a cualquiera que pasee por sus laderas y sus costas. Bañada al norte por el mar Cantábrico, se trata de una de las cuatro regiones que componen la comunidad autónoma de Galicia.
Refugio de un sinfín de ríos y afluentes, esta tierra también destaca por algunos de los cabos y acantilados más aclamados del norte del país. Recorrer Lugo desde el interior hasta la costa es una experiencia única que os acabará de convencer de que se trata de un lugar de película donde organizar vuestro Sí, quiero. A lo largo de toda esta demarcación, sus tradicionales pazos se abren camino brindando la oportunidad a los futuros novios de celebrar su boda en un ambiente marcado por la tradición y la inmensidad de estas edificaciones. Lugares como Vivero, San Pedro de Mor, Mondoñedo y Villalba al norte, o Sober, Seoane do Courel, Chantada o A Barrela al sur acogen algunos de ellos.
El centro, con la capital como máximo potencial, también se convierte en el amparo de fincas de majestuosidad irreprochable marcadas por los rasgos históricos de la ciudad. Bañadas por el río Miño, se alzan como espacios muy singulares que aportan exclusividad y elegancia, además de tradición y romanticismo.