Delimitada al norte por la cordillera Cantábrica y al sur por el páramo leonés, la provincia de León se alza como una tierra de contrastes que engloba la belleza más pura de las llanuras y el encanto más salvaje de las formaciones montañosas. Una gran variedad de paisajes surge como resultado de esta maravillosa combinación consiguiendo captar la atención de los amantes de la naturaleza más auténtica.
Reflejo de esta sugerente pluralidad es su gastronomía. Dos cocinas muy diferenciadas son su máximo exponente. Por un lado, el Bierzo deja huella en sus típicos platos de la marcada influencia asturiana y gallega; mientras que, por el otro, Astorga presume de una cocina caracterizada por los cocidos y el uso de productos locales.
No es de extrañar que en torno a estas dos regiones sea donde se emplazan gran parte de los restaurantes más típicos de la zona. En mitad de localidades como Cacabelos, Molinaseca, San Miguel de las Dueñas, San Lorenzo del Bierzo, Ponferrada, El Espino, La Bañeza o Carrizo de la Ribera encontraréis grandes referentes de la restauración que pondrán a vuestra disposición menús de gran calidad que conseguirán deleitar el paladar de los más exigentes con su incomparable sabor tradicional.
Al amparo de la capital, municipios como el de San Andrés de Rabanedo o Carbajal de la Legua también sorprenden con espacios en la ribera del río Bernesga emplazados en entornos de incomparable lindeza que se convierten en un fiel reflejo de los atractivos que caracterizan esta parte del interior peninsular.