Por todos es conocido el buen nombre de sus vinos. Si a eso le sumas una gastronomía tradicional llena de buen gusto y múltiples sabores y un contexto natural incomparable, La Rioja se convierte en un destino ideal para los amantes del buen comer y de la calma. Sobre la desconocida Sierra Cebollera, esta pequeña región se extiende entre Navarra, el País Vasco, Castilla y León y Aragón.
Su tamaño no se corresponde con la inmensidad de su riqueza, y es que su entorno es un gran tesoro aún por descubrir al norte de la península. Imponentes montañas, grandes cascadas y pintorescas localidades llenan gran parte de su territorio ofreciendo una combinación de paisajes únicos que serán capaces de enamorar a cualquiera.
Una arraigada cultura también hace mella en su identidad, transformándose en la actualidad en un completo patrimonio arquitectónico parte del cual ha sido considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es el caso de los monasterios de Suso y Yuso, al amparo del municipio de San Millán de La Cogolla. En mitad de sus viñedos, sus valles y sus campos, fincas con un encanto muy particular se abren paso a lo largo de toda esta demarcación. El acentuado carácter bucólico y campestre que impregna su entorno también deja huella en sus construcciones. Edificios clásicos en mitad de grandes extensiones ajardinadas aguardan para ser escogidos por todas aquellas parejas que sueñan con un gran día marcado por la belleza de la sencillez y el romanticismo que impregnan el ambiente riojano.
