El encanto de la provincia de Huesca radica en su incalculable riqueza natural y paisajística. Por ello, las increíbles vistas montañosas, los pueblos de cuento entre los valles y los numerosos saltos de agua del Pirineo Aragonés se convertirán en el telón de fondo perfecto para vuestras fotos de boda.
Las parejas amantes de la naturaleza, especialmente de los escenarios más rocosos y verdes, encontrarán en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido su lugar soñado para el reportaje. El fotógrafo podrá captar su amor entre tupidos bosques de hayas y pinos, ríos transparentes, altas praderas, cascadas de agua vertiginosas y roquedos sorprendentes. El mismo marco lo encontrarán en el Parque Natural Posets-Maladeta, en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en los valles de Tena y de Otal, y en la muralla china de Finestres.
Si os casáis en invierno, ¿por qué no buscar una localización en mitad de la nieve? Podéis recurrir a las estaciones de esquí de Formigal, Panticosa, Cerler y Llanos del Hospital, donde podréis mimetizaros con un entorno difícilmente superable lleno de magia. Pero si sois de los que preferís un ambiente más místico e industrial, la estación de tren abandonada de Canfranc es vuestra opción más idónea.
Los pueblos medievales del interior de la provincia también son propuestas a tener muy en cuenta a la hora de realizar el shooting de pareja. Sitios como Benasque, Aínsa, Jaca, Graus, Alquézar, Loarre, Torla-Ordesa, Boltaña y Sallent de Gallego, con sus hermosos castillos, catedrales y otros edificios de arquitectura tradicional, se convertirán en marcos ideales para plasmar cualquier foto bonita. Sin descuidar Huesca ciudad, en la que podréis callejear por el centro e inmortalizar el instante junto a sus principales atracciones arquitectónicas. Lo difícil en esta provincia será quedaros con una sola localización.