No hay ninguna duda: si estáis pensando en una celebración clásica, marcada por la tradición, en un entorno natural portentoso que embriague a todos los asistentes a vuestra boda con un clima de fantasía y elegancia al alcance de pocos, entonces estáis pensando en dar el Sí, quiero en Girona. Esta provincia, amparo de las grandes masías catalanas, desprende una esencia única que seduce y hace inevitable caer en la tentación de perderse por las calles y rincones de sus pintorescos e idílicos pueblos.
Edificios rústicos, con fachadas de piedra, en mitad de grandes extensiones de campos y rodeados de arboledas son la estampa más característica de comarcas como la Cerdanya, el Ripollès o la Garrotxa. Su incomparable belleza da lugar a localidades tan aclamadas como Puigcerdà, Ripoll, Castellfollit de la Roca o Besalú. Tampoco menos reconocimiento tiene su capital, una ciudad marcada por la historia que goza de una ubicación inmejorable junto al río Onyar.
Aunque si vuestra idea es celebrar un enlace a orillas del mar, l’Empordà es el lugar con el que siempre habíais soñado, un paraíso dentro del Mediterráneo que no deja a nadie indiferente. La Costa Brava es uno de los lugares con más atractivos de todo el país. El agua turquesa de sus playas, la tranquilidad de sus localidades y sus impresionantes paisajes son un acierto seguro para celebrar un evento único.
Empuriabrava, Sant Pere Pescador, L’Escala, Begur, Palafrugell o Palamós albergan masías llenas de magia que ofrecen las mejores vistas y un telón de fondo utópico para vuestra celebración.