Cinco son las comarcas que forman la provincia de Cuenca, un lugar lleno de atractivos que engloba lo mejor de las montañas del Sistema Ibérico y todo el encanto característico de las llanuras manchegas. Esta combinación de ambos paisajes da como resultado una región que destaca notablemente por su entorno natural y por su patrimonio histórico. Pequeños y bucólicos pueblos llenan los confines territoriales de esta demarcación y ayudan a evadirse de la realidad perdiéndose por sus utópicas calles y sus inexpugnables cascos antiguos.
Celebrar una boda en mitad del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, o en las grandes fincas que pueblan las vastas explanadas del sur, son solo algunas de las opciones que municipios como el de Villalba de la Sierra, Ribatajada, Cañamares y Belmonte ponen a vuestro alcance. La Mancha también da cobijo a algunos de los enclaves de estilo rural más aclamados de la zona. Con Tarancón como su máxima expresión, grandes y verdes jardines se convertirán en la antesala de imponentes edificaciones que aguardan a desplegar todo su esplendor el día de vuestra celebración. Amplios salones interiores y una detallada decoración campestre son los complementos que ponen la guinda al atractivo de estos lugares.
Asimismo, a la vera de las famosas casas colgadas, la capital conquense es otro de los grandes tesoros que la demarcación custodia con gran ahínco. Los parques que rodean los alrededores de su centro y el hechizo innegable que reina en todos sus callejones son, sin lugar a duda, el contexto ideal para un enlace de ensueño.